La astrología es un
lenguaje de energía, y se podría definir como el sistema de psicología más
antiguo que conocemos. Carl Gustav Jung,
uno de los fundadores de la psicología moderna, dijo: «La astrología incorpora
la suma de todo el conocimiento psicológico de la antigüedad.»
Aunque existen
distintas escuelas astrológicas, todos los astrólogos están de acuerdo en que
hay una conexión entre el cielo y la Tierra, que existe una relación entre el
momento del nacimiento de una persona y las posiciones del Sol, de la Luna y de
los planetas en el cielo. La base está
en el conocimiento holístico, “todo lo que existe forma una unidad” “como es arriba es abajo.”
Un análisis astrológico
es comparable a un análisis psicológico, pero con la ventaja de emplear un
método que se ha comprobado durante miles de años y que, en esencia, no ha
cambiado desde sus inicios. No es un
método especulativo, como la psicología moderna, que cambia con el tiempo según
los cambios en la sociedad humana, sino un lenguaje cósmico que se refiere a la
esencia de la naturaleza humana y que siempre permanece igual a pesar de las
alteraciones que puedan experimentan las civilizaciones y culturas de nuestro
planeta.
La carta natal es un
mapa del cielo tal y como lo vería un recién nacido desde su cuna, incluyendo
también la mitad invisible del cosmos que quedaría por debajo del horizonte.
La carta natal se puede
también entender como un mapa de la situación del alma. Los planetas pueden considerarse como las
manos de un complejo reloj cósmico que nos indica las épocas donde las energías
se concentran en determinadas áreas de vida. Un análisis de la situación astral nos puede
ayudar a ver donde darán frutos fácilmente nuestros esfuerzos y en qué aspectos
hay que cultivar tolerancia y paciencia para superar con éxito las
dificultades, las tensiones y los obstáculos. No obstante, debemos siempre
recordar que los planetas inclinan, no obligan. Es nuestra actitud, la que
determina el resultado.
Por lo tanto, nuestro carácter es nuestro destino, o sea
que el conocimiento y la voluntad nos permiten gobernar los planetas gracias a
ese carácter inherente.
Un análisis astrológico
puede tener diferentes aplicaciones.
En primer lugar, es un método para
profundizar el conocimiento sobre nuestro propio cuerpo sutil, nuestra psique.
A veces nos sorprende cómo nos comportamos o la manera en que reaccionamos, o
nos cuesta aceptar un rasgo de nuestro carácter que no parece estar de acuerdo
con la imagen que tenemos de nosotros mismos. La interpretación de nuestra
carta natal puede iluminar esos fenómenos.
Mediante el análisis de
los tránsitos durante un periodo determinado, podemos apreciar las influencias
planetarias que nos afectan y prepararnos para ello.
Otra aplicación es
averiguar el grado de compatibilidad con otra persona, especialmente cuando
tenemos una relación íntima con ella, como puede ser el caso de un cónyuge o un
hijo. A través de la astrología podemos apreciar cómo fluyen las energías entre
nosotros: cuáles son las áreas donde existe un flujo armonioso y productivo, y
en qué aspectos las energías interfieren, causando tensión y frustración.
Las aplicaciones del
conocimiento astrológico son muy variadas y dependen de las necesidades de cada
uno. Debido a que cada persona es una entidad muy compleja, no se puede esperar
que una interpretación del mapa natal vaya a abarcar la totalidad del carácter,
y eso menos si no se conocen las circunstancias particulares del individuo. Por
lo tanto, se recomienda, luego de recibir la interpretación de la carta
natal, acudir a una consulta personal que permita al astrólogo enfocar el
análisis con más precisión. La
interpretación de la carta natal es el «gran cuadro» que facilita el
conocimiento de uno mismo, un muy importante paso en el sendero del
auto-descubrimiento.